La misión que me propuse como docente fue la de poder convertirme en un medio a través
del cual se consiga cumplir la tarea de la educación básica: guiar a los niños
a construir su propio conocimiento, desarrollando todas y cada una de sus
habilidades y ayudándolos a descubrir aquellas potencialidades que tienen
ocultas, así pues formarlos como individuos que sepan actuar y desempeñarse en
este mundo tan cambiante y diverso.
La docencia es una tarea intelectual
compleja, que implica una responsabilidad profesional y enfrenta
retos constantes. La docencia requiere entonces saberes
disciplinarios y pedagógicos, disposición, compromiso, creatividad y pasión.
Todo buen docente debe tener vocación, pues solo así podrá brindar amor a
su profesión. La formación del docente en el siglo XXI, es un reto de
nuestros días producto de la volatilidad de los nuevos desafíos y desarrollo
que se experimenta en el mundo científico tecnológico.
La formación y la capacitación de nuevos saberes y la adaptación a la
tecnología es una de forma estratégica que el docente del siglo XXI debe asumir
como herramienta útil para asumir los cambios y transformaciones que se
experimenta en este sector educativo.
Los Docentes deben estar comprometidos con su rol, y
deben ser modelo para convertir los centros educativos en lugares de auténticos
aprendizajes, formación, trabajo, participación y construcción.
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